¿Alguna vez te has preguntado cómo podemos convencer a otras personas sin recurrir a manipulaciones o imposiciones? ¿Cómo es posible construir consensos en un mundo tan diverso y lleno de opiniones diferentes? El filósofo Chaim Perelman dedicó su vida a responder estas preguntas — y el resultado fue la creación de la Nueva Retórica, una teoría poderosa sobre el arte de argumentar con responsabilidad, ética y claridad.
Chaim Perelman fue un filósofo y jurista nacido en Polonia en 1912 y radicado en Bélgica. Fue uno de los principales pensadores del siglo XX en el tema de la argumentación. Tras vivir los horrores de las guerras mundiales y del totalitarismo, Perelman sintió la urgencia de reconstruir la idea de una racionalidad democrática y pluralista.
Su respuesta fue audaz: recuperar la retórica, muchas veces vista como algo negativo o manipulador, y demostrar que puede (¡y debe!) ser una herramienta para construir el diálogo y la convivencia entre diferentes.
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el mundo necesitaba repensar los caminos de la razón, la ética y la política. La fe ciega en la ciencia y en la lógica formal ya no era suficiente. La pregunta era: ¿cómo tomar decisiones justas en sociedades donde hay desacuerdo sobre los valores?
Fue en ese contexto que Perelman, junto con la filósofa Lucie Olbrechts-Tyteca, desarrolló su teoría, publicada en 1958 en el libro “Tratado de la Argumentación: La Nueva Retórica”.
La Nueva Retórica es una teoría de la argumentación orientada a contextos reales, donde el razonamiento no es matemático, sino práctico y persuasivo.
Perelman propone que, en lugar de intentar “probar” ideas como si fueran ecuaciones, debemos aprender a convencer e inspirar adhesión en nuestros interlocutores — ya sea en una conversación, un discurso, un juicio o una clase.
Perelman se inspira fuertemente en Aristóteles, el gran filósofo griego que también valoraba la retórica como una forma legítima de razonamiento.
Al igual que Aristóteles, creía que, en asuntos prácticos como la política, la ética y el derecho, lo importante no es probar verdades absolutas, sino deliberar bien, con base en buenos argumentos y escucha mutua.
Pero Perelman va más allá: actualiza esta visión para un mundo moderno, donde ningún grupo puede imponerse como dueño de la razón. En un mundo democrático, la argumentación debe ser una herramienta de convivencia, no de dominación.
Vivimos en una época de polarización, desinformación e intolerancia. Saber argumentar con respeto, claridad y empatía es una habilidad esencial, tanto en la vida profesional como en la ciudadanía.
La Nueva Retórica de Perelman nos enseña que argumentar no es pelear para “tener la razón”, sino negociar significados, valores y decisiones en un mundo compartido.
Es una poderosa aliada de la democracia, la justicia y la convivencia humana.
Perelman nos invita a repensar la forma en que nos comunicamos y convivimos. La Nueva Retórica es un llamado a la responsabilidad ética en el uso de las palabras. En lugar de manipular, dialogar. En lugar de vencer, convencer. En lugar de imponer, proponer.
Como dijo el propio Perelman: “Convencer es provocar la adhesión de espíritus libres.”
¿Qué tal si llevamos esta enseñanza a nuestro día a día?
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